Reloj

lunes, 9 de mayo de 2011

Santa Cueva.

La construcción de La Santa Cueva coincide con el momento de mayor auge de la economía gaditana.

En estrecha relación con el incremento del volumen comercial, se produce el incremento de la población en el que actuará como factor decisivo la oleada inmigratoria de españoles y de extranjeros atraídos por la prosperidad gaditana.

El barroco gaditano comenzó tardíamente y con notables influencias del barroco italiano. Esta corriente, unida a la de los tratadistas renacentistas Viñola y Paladio, será la que dé forma al estilo neoclásico gaditano.

Gobernadores como O'Reilly o D. Joaquín de Fonsdeviela adoptaron ante los problemas una actitus crítica y buscando soluciones a través de un programa de reformas, destacaron en la promoción de una serie de realizaciones urbanísticas y arquitectónicas en las que se van a materializar las nuevas tendencias:

- Se construye un nuevo barrio residencial de San Carlos.
- Se acondiciona la Alameda como lugar de paseo y reunión.
- Se construye una calzada sobre el primitivo arrecife, mejorando así las comunicaciones enre Cádiz y San Fernando. Junto a ella se levantará el barrio de San José, alrededor de la iglesia del mismo nombre, con casas de una sola planta, y el cementerio.
- Se embelleció con jardines y se abrieron algunas plazas.
- Se restauraron las murallas.
- Se construyeron edificios para albergar instituciones benéficas como el Hospital de Mujeres, el Hospital Provincial...
-Se construyen edificios civiles como la Aduana, los Cuarteles de San Roque y Santa Elena, el Parque de Artillería y se proyecta la Cárcel Real... así como diversas casas palacios.
- Toman un nuevo impulso las obras de la Catedral y se construyen iglesias como las de San José, el Rosario, San Pablo o La Santa Cueva.

Al Padre Santa María le propusieron los ejercitantes de la Orden de la Venerable Madre Antigua, que se pusiese al frente de la Congregación. Esta órden se había constituido en Cádiz hacia 1730 y se reunían en una casa particular todos los jueves. El lugar hizo que las autoridades eclesiásticas determinaran que se transladasen a algún templo, siendo acogidos en la iglesia auxiliar del Rosario.

El descubrimiento de un sótano en las dependencias de la mencionada iglesia indujo a los congregantes a aprovecharla para sus prácticas religiosas. La adaptación, aunque pobre comparada con la que se haría más tarde, fue suficiente para dar origen a lo que ya desde entonces se llamó Santa Cueva.

Don José Sáenz de Santa María emprendió en 1781, a sus expensas, la total renovación de La Santa Cueva, ampliándola considerablemente.

La Santa Cueva es el resultado de la conjunción de una serie de factores que se dan en Cádiz a finales del siglo XVIII. Siguen las directrices de su fundador para que tranto la arquitectura como la decoración respondieran a unos conceptos teológicos y a unas prácticas ascéticas y místicas.

La fachada está resuelta a base de un orden toscano apilastrado gigante, que comprende los tres vanos de la planta baja adornados de frontones, rectilíneos a los lados y curvo el central, que sirve de carmín al cuadro de Nuestra Señora del Refugio.

Sobre el arquitrabe, friso y cornisa se abren las tres ventanas de la segunda planta, adornadas con frontones curvos en los extremos y rectilíneos en la calle central.

El ingreso en la Santa Cueva se realiza por un pequeño atrio en cuyo frontal hay una Virgen de la Soledad en barro cocido. En los muros, diversas inscripciones nos invitan a penetrar en el repertorio iconográfico de la capilla baja dedicada a la Pasión de Cristo. La escalera tiene doble tiro y, al final de cada uno, hay una hornacia con las imágenes de Cristo atado a la columna y Jesús caido.

El presbiterio, de planta rectangular, con columnas de mármol rosa adosadas en la esquina, se cubre con bóveda elíptica con lucernanario que da a luz cenital que ilumina el Calvario que, con los pqueños ángeles lampareros, constituyen la única decoración de la capilla.

Junto al altar se encuentra la sacristía y, sobre ella, el coro.

A los pies de la nave central se sitúa una tribuna, con cátedra de madera decorada con rocalla, donde se dirigían los ejercicios y desciplinas de la congregación.

La capilla alta fue realizada entre 1793 y 1796 por Torcuato Benjumeda y está dedicada a la exaltación de la eucaristía, por lo que se la rodea de todo tipo de suntuosidad. Su acceso se realiza por una escalera con balustrada de mármolbien imaginada y resuelta monumentalidad.

Los muros van decorados con unos arcos que se apoyan sobre columnas adosadas de orden jónico. Bajo los arcos se encajan confesionarios en las arcadas extremas y altares en la central, con autorrelieves ejecutados en estuco.

El presbiterio o capilla mayor está cubierto por una bóveda sostenuida por unas columnas adosadas de orden compuesto, que sirven para cobijar un templete de mármol de orden corintio, flanqueado por dos esculturas de ángeles.

La parte superior de los arcos que forma esta capilla se halla decorada con cinco lienzos, en forma de medio punto, con temas eucarísticos.

Todo el Oratioro es, en resumen, muestra de un estilo elegante, constituyendo un ejemplo del neoclásico gaditano, viéndose en él la intención de un arte programado, con abundante simbología y temática encauzada hacia la meditación y la Eucaristía.