Reloj

lunes, 28 de marzo de 2011

Ilustación y neoclacisismo.

La Ilustración constituye un movimiento cultural y científico que significó una auténtica revolución en la trayectoria intelectual de Europa.

En España este movimiento es uno de los más fructíferos de Europa y posee un carácter profundamente autóctono, ya que los ilustrados españoles hundieron sus raíces intelectuales en el pensamiento del Siglo de Oro.

Característico de estos pensadores es el intento de conciliar la crítica y la razón con los valores de la raligión cristiana, de maneras que tratan de adaptar los nuevos planteamientos culturales a sus convicciones religiosas.

En este sentido destaca en Cádiz la figura de Gaspar de Molina y Saldivar.

La Ilustración española es un sistema de ideas-racionalismo, reformismo económico y social, fe en el progreso- apoyado por un reducido grupo de personas que intentarán realizar una serie de reformas por considerarlas necesarias para la sociedad española.

Las inquietudes culturales de los ilustrados españoles se centran en los problemas del país, adoptando un actitud crítica que les permita conocer la causa de dichos problemas y ofreces soluciones a través de un programa de reformas, por lo que la cultura debía tener un carácter esencialmente práctico.
Dentro de este movimiento destacaron en Cádiz las figuras de los gobernadores Conde de O'Reilly y D.Joaquín de Fondesviella.

Personalidades de amplia cultura se convertirán en mecenas de importantes obras artísticas como D. José Saenz de Santa María, Marqués de Valde.Iñigo al que se debe el Oratorio de la Santa Cueva.

Con sus generosidades y otros muchos trataban de paliar los problemas de mendicidad, prostitución e indigencia presentes en Cádiz y que los distintos establecimientos de beneficiencia no podían solucionar totalmente.

En Cádiz, había mujeres que se dedicaban a los negocios, asistían a reuniones sociales y, en ocaciones, mostraban una relajación de costumbres duramente reprobada por los predicadores.

En esta línea progresista destaca el hecho de que en el año 1789 se edite un periódico titulado "La pensadora gaditana".

Este espíritu ilustrado unido a la llegada de artístas procedentes de la Corte, va a producir el desarrollo del Neoclasicismo.

Este estilo artístico surge en Europa a mediados del s.XVIII como reacción contra los excesos del rococó y del barroco tardío y como reflejo de un deseo general de establecer unos principios basados en las leyes de la naturaleza y la razón.

En líneas generales las características del Neoclasicismo en arquitectura son:





      - Búsqueda de un arte universal.

      - Grecia es considerada fundamentalmente el punto de partida, sobrevalorando la columna y el dintel.

      - De Roma se toma la ciencia del espacio y la cúpula.

      - A diferencia de la arquitectura renacentista no se da la superposición de órdenes.

      - Principalmente los arquitectos neoclásicos se inspiran en los edificios cláicos mejor conservados, los templos, por lo que casi toda la producción de la época, tanto civil como religiosa imita la estructura de un templo.

      - Mientras que en el exterior domina la necesidad de comunicar sensaciones de fuerza y grandiosidad, en el interior se busca la comodidad y el bienestar.

      - En las plantas de los edificios se reacciona contra las formas movidas y curvas del barroco volviéndose a las formas cuadradas y rectangulares.

   
      - Contrariamente al barroco, los elementos decorativos, pintura, escultura tienen plena autonomía y no se mezclan con la arquitectura.

      - El material utilizado en los edificios se valora por si mismo y no debe dar lugar a engaño visual.

Papel decisivo en el desarrollo del Neoclasicismo fueron las Academias y Escuelas de Dibujo como la de Bellas Artes, haciendose cargo de ella es propio Estado.

Pero, en algunos casos como Cádiz, la iniciativa de la creación de Escuelas de Dibujo corría a cargo de particulares.

Gran importancia en el desarrollo de la arquitectura neoclásica y, practicamente el fín de la arquitectura barroca, fueron las Ordenanzas Municipales de 1792.

El espíritu que las impregna es la constancia de la importancia que en este momento tenía la ciudad de Cádiz, como se deduce de la Ordenanza cuarta: " Cádiz con preferencia a otra Ciudad del Reino, debe esmerarse en el buen aspecto de los edificios y en la formación de obras dignas de un verdadero aprecio; pues es la ciudad que más ven los extrangeros por razón de su extendido comercio y de sus ventajas marítimas".

miércoles, 23 de marzo de 2011

El s.XVIII en Cádiz.

El descubrimiento de América supuso para Cádiz un acontecimiento trascendental en el desarrollo de su economía. La privilegiada situación de la bahía, magnífico puerto natural, le permitieron participar desde los primeros momentos en el tráfico comercial con el Nuevo Mundo.
Consecuencia de su actividad comercial fue el ataque sufrido a finales de siglo XVI por una escuadra Angloholandesa bajo el mando del duque de Essex, que destruyóo totalmente la ciudad.
A lo largo de la centuría habían sido varias las ocasiones en las que, como ciudad de realengo, se había dirigido a la corona solicitando la construcción de defensas que permitieran las mínimas condiciones de seguridad para su desarrollo comercial. Hacia medidados de siglo, el ingeniero de origen italiano Bautista Calvi había proyectado un sistema defensivo abaluartado, realizado parcialmente antes del asalto anglo-holandés.
Pero la construcción del perímetro defensivo era una obra excesivamente costosa y su realización se iba retrasando continuamente. Finalmente, la fortificación de la ciudad continuó hasta culminar su perímetro avanzando el siglo XVIII.
Así, Cádiz se fue convirtiendo lentamente en una de las plazas fuertes más importantes del reino.
Superada la crisis de su destrucción, el comercio fue incrementandose paulatinamente durante el transcurso del siglo XVII, especialmente a partir de la segunda mitad, cuando constituyó de hecho la hegemonía sobre el comercio colonial ejercida hastra entonces en Sevilla, postrada tras una devastadora epidemia de peste y con un puerto fluvial incapaz de acoger el mayor calado de los nuevos buques. El desarrollo demográfico fue paralelo al comercial y en consecuencia la actividad constructiva fue enorme con la consiguiente expansión urbana.
Cádiz se fue convirtiendo así en lugar de confluencia de gentes de diversas procedencias, entre las que destacaba la burguesía de negocios, caracterizada por un variado tipo de actividades, en la que los extranjeros tuvieron un destacado papel.
En ese tiempo se va perfilando también los rasgos característicos de la arquitectura doméstica gaditana, en especial de la burguesía de negocios. Las casas de los comerciantes integraban en un mismo edificio los almacenes para los productos de comercio y las oficinas, que ocupaban el bajo y entresuelo, la vivienda del comerciante, a la que se destinaba la planta principal ( primera ), y las dependencias del sevicio, localizadas en la última planta. Algunas casas elevaban sobre su terraza una torre-mirador. Elementos destacados de estas construcciones don: patios, escaleras y portadas, en ocasiones de mármoles importados de Italia.
El s.XVIII se puede considerar como el siglo de oro para Cádiz. El proceso de expansión y la hegemonía que de hecho ejercía sobre el comercio atlántico culminó en 1717 con la orden de Felipe V de trasladar la Casa de Contratación y Consulado de Indias desde Sevilla.


No fue éste un proceso fácil, pero finalmente Cádiz mantuvo el control hasta el decreto de libertad de puertos de 1778. La nueva dinatía borbónica estaba dispuesta a revitalizar el comercio aplicando fórmulas mercantilista y la bahía gaditana era sin lugar a dudas el enclave idóneo para centralizar todos esos proyectos.
La expansión demográfica y urbanística continuó durante gran parte del siglo XVIII convirtiendose en la cuarta ciudad de España por población.
Ya a comienzos de siglo se había dispuesto el trazado de las futuras calles para que estuvieran bien alineadas con dispisición más o menos ortogonal. Sin embargo, las primeras normas para controlar las alturas no se redactaron hasta casi mediado de siglo y habría que esperar a 1792 para que entrara en vigor el que puede considerarse como primer plan de ordenación urbana de la ciudad moderna.
Elementos peculiares de la arquitectura doméstica son las torres-miradores, que entonces se generalizaron y lograron su máximo desarrollo, y la policromía de las fachadas, realizadas fundamentalmente a base de dibujos geométricos, predominante rojos, que dieron gran colorido al conjunto urbano.


La arquitectura religiosa también refleja también la evolución de las formas arquitectónicas características del siglo. Se construyen iglesias, capillas y conventos, pero la principal actividad se centra en la construcción de una nueva catedral, que se convertirá en protagonita de toda esa evolución.